Amigos enganchados:

divendres, 3 de febrer del 2012

CC77 - Congoja. (parte 2)

El globo rojo trataba de esquivar aquella multitud sobre la acera. De pronto, Marcos vio cómo se le iba acercando, sinuoso entre la gente, hasta quedar a unos metros frente a él, a la altura de sus ojos. El hombre miraba a su alrededor, sorprendido, viendo que las personas reunidas al final de la acera se quedaban observándole, cuchicheando entre ellos. Dio un paso atrás. El globo avanzó unos centímetros hacía él. La gente le señalaba con el dedo, mostrando sus rostros de enfado. Una niña de rizos dorados rompió el llanto en aquel instante. Su madre se agachó sin apartar la vista de los ojos de Marcos, y el padre se arremangó la camisa emprendiendo el paso hacia él.
—¿Pero qué…?
Se giró con la intención de correr, pero antes de conseguir dar la vuelta su cuerpo topó contra alguien.
—Por favor, ¡ayúdeme! —gritó Marcos al anciano del bastón, cogiéndole de las solapas de la chaqueta—. Vienen a por mí… quieren hacerme daño…
Por el rabillo del ojo notó la presencia estridente del globo, detenido justo al lado de su cara. El murmullo de la gente se acercaba angustiosamente y Marcos apartó al anciano y salió corriendo por en medio de la calle. De vez en cuando, entre resuello y resuello, miraba en el reflejo de algún escaparate para comprobar que el globo le perseguía; y cuando la imagen cruzaba el cristal a su misma velocidad, apretaba el paso llevándose la mano al corazón.
—Quieren acabar conmigo —murmuraba durante el trote—. Sabía que querían hacerme desaparecer.
Al girar en la siguiente esquina vio a dos policías de servicio en la acera de enfrente, y pensó que tenía la oportunidad de protegerse con ellos. Pero los guardias se llevaron la mano a las cartucheras, gritándole y dándole el alto. Marcos se tapó las orejas sin dejar de correr.
—No puede pasarme esto, a mí —se compadecía—, que nunca he hecho daño a nadie, que siempre he sido servicial…
Al doblar en el último de los edificios abalanzó su cuerpo merced del tránsito, haciendo chirriar los neumáticos de los conductores que estaban a punto de alcanzarle. Y Marcos seguía corriendo sin apenas detenerse, rozando el capó de los coches que frenaban con la palma de la mano.
—Tengo que conseguirlo… ¡Tengo que hacerlo!
Al otro lado de la avenida se dibujaba la entrada a un  pequeño callejón. Decidió tomar ese atajo. Sus piernas comenzaban a enviarle pinchazos de cansancio al cerebro, pero éste estaba aturdido por la adrenalina y el pavor que, junto al fuelle que tenía como pulmones, hicieron caso omiso de la debilidad que no se podía permitir en ese instante. Volvió a mirar atrás una vez más, comprobando que el globo seguía su persecución, dejando la marabunta de gente cruzando la avenida. Perdió de vista lo que tenía delante hasta que tropezó con unos cubos de basura que le hicieron saltar por los aires, cayendo al suelo cochambroso, rodando sobre charcos de agua y porquería y, reflejos del pánico, logró ponerse en pie sin dejar de girar.
—¡Joder! —masculló, al pensar que podía despistar la ira de aquella marea humana, pero no a un simple y vulgar globo rojo.
Y cuando creyó que su cuerpo se daría por vencido, notando que le faltaba el aire y que le quemaban los pulmones, encontró lo que ansiaba desde que abandonó el maldito edificio. Se adentró en el comercio empujando la cristalera de la entrada y, con ojos desquiciados y aspirando entre convulsiones, agarró de la bata a la joven farmacéutica.
—Por favor… ¡Por favor! —le gritó, girando la cabeza hacia la entrada, donde veía el globo esperándole tras los cristales—. ¡Necesito mi medicación! ¡Se lo ruego!

14 comentaris:

Ángelicaladas ha dit...

Vale, vengo de la otra parte y ya sé la respuesta jajajajajja Sorprendente uso de este globo rojo, compañero XDD

Jan Lorenzo ha dit...

Manía persecutoria? Algún tipo de transtorno disociativo? Alucinaciones? O quizá un cóctel de las tres...

Un relato genial que has hilado a la perfección. Me has mantenido intrigada hasta el final.

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Jara ha dit...

Vaya tela!!

La verdad que la unión ha sido perfecta, porque cualquiera diría que un globo rojo iba a dar final a la otra historia.

un besote.

wannea ha dit...

La gente esta muy loca, y el tipo de tu relato también, la verdad es que me parece que está muy bien hiladas y juntadas las dos historias, un placer pasar por aqui :)

bessos

Pugliesino ha dit...

Bellísima composición la que has creado, dos piezas, dos escenarios diferentes, dos ritmos trepidantes de fuertes acordes mientras la melodía transcurre escondida entre tal frenesí, para reaparecer al final como un puente entre la pregunta y su respuesta.

Fantastico quillo! \=/ \=/ Un abrazo y el deseo de la pronta recuperación de los tuyos!!

Rebeca Gonzalo ha dit...

¡Qué angustia! Reflejas a la perfección ese mundo paralelo y alucinatorio. Me ha gustado, aunque no me agradaría estar en el pellejo de tu prota.

Besos.

Teresa ha dit...

Me ha gustado mucho, mucho. Sobre todo porque el final, que no me lo esperaba, imprime la verosimilitud necesaria para que un relato, según yo lo veo, sea algo redondo, como el globo. Menos mal.., que llegó pronto.. Un beso

Paula ha dit...

Jajajaja el final está genial! no sabía por dónde ibas a salir.
qué angustia!
:)

Charlie P. Raven ha dit...

¡Genial! Pobre Marcos, y pensar que yo tenia planeado escribir algo parecido, pero me dije "No, ya he hecho mucho sobre esquizofrénicos". Y me ha gustado cómo lo cuentas tú, y más que nada cómo lo ligas al anterior, dándo respuestas sutiles a las interrigantes previas. ¡Excelente!

María Sur ha dit...

¡Qué barbaridad ! que agobio y que angustia transmiten tus palabras. Esa persecusión del globo y su correspondiente paranoia pone los pelos de punta. Espero que la farmacéutica supiera que recetarle al pobre hombre jajaja

Sara ha dit...

¿Esquizofrenia paranoide? Lo has enfocado muy, pero que muy bien. Es un relato que angustia, que te pone en la piel del protagonista.

;)

El mundo de Yas (Andrés) ha dit...

Lo primens es es lo primens, espero que tu yaya se recupere pronto company... lo secons es que espero que no estés tan trillado como la peña de tus dos historias y lo tercers es que te debía una visita con retraso...jejeje... Ta luegs.
Mundoyás

Utopia de sueños ha dit...

Nos pones en la piel del perseguido y muy bien además, casi llego a odiar a ese globo rojo.

Un abrazo

www.utopiadesueños.com.es

Malena ha dit...

Siento haber tardado tanto en pasarme a leer, pero no he logrado sacar un hueco hasta ahora.
Espero que estés mejor y que todo esté yendo mejor.

En cuanto al relato, me gusta mucho porque logras transmitir y haces que uno se ponga en la piel del protagonista para sentir su angustia.

Y por último decirte que me encanta leerte, aunque supongo que eso ya lo sabes :P.

Un abrazo y que todo vaya bien!