Amigos enganchados:

dilluns, 20 de febrer del 2012

CC78 - El encargo.


Quizá esté loco, lo sé, pero no había otra manera de conseguirlo; así que alicaté la quijada de ese maldito monstruo al suelo, insertándole acto seguido unos ganchos por las fosas nasales, y tiré con fuerza hacia atrás, dejando a la vista hasta las mismas entrañas del diablo. Era la única forma de poder introducir el brazo a través de sus fauces sin que me lo arrancara de un mordisco. Maldito bicho.
Hurgué en su interior, percibiendo que era frío y húmedo, moviendo con fuerza mis dedos para apartar y arrancar cualquier impedimento hasta acceder a la cavidad. Temía que esa repugnante bestia tuviera en su interior una suerte de agallas en las que quedar aprisionado, dejándome atrapado a su merced. Pero mis dedos fueron rápidos, penetrando por la garganta, reventando las paredes que sostenían su nuez, y llegando hasta sus pulmones esponjosos rellenos de mugre. Allí estaba la llave. La agarré con fuerza y tiré hacia fuera, llevándome parte de la traquea que quedó colgando de su boca como un enorme cigarrillo mojado.
Tenía que salir de allí cuanto antes. No sabía si habría alguien más cerca de aquel lugar olvidado. Al girarme pude verle, con su boca encadenada al suelo, inmóvil, mirándome con sus ojos llenos de rabia. Agitaba la cabeza para intentar liberarse, desgarrándose su nariz grotesca con los ganchos que lo frenaban. Sus rugidos rebotaban contra las paredes del hangar, reverberando en mi cabeza, haciéndome ensordecer.
La salida no quedaba muy lejos. Una centena de metros, quizá un poco más. Tenía las piernas magulladas, y el pie no dejaba de sangrar, pues la suerte fue poder echarlo hacia atrás en el momento en que se lanzaba a darme un segundo mordisco.
Justo cuando llegaba a la puerta, un ruido a mi espalda me hizo temer lo peor. Al girarme pude ver que se había liberado, y que venía corriendo hacia mí poseído como un demonio. Sus dientes volvían a ser visibles, chocando entre ellos en cada trote, masticándose el colgajo de traquea sin inmutarse.
Presa del pánico, conseguí introducir la llave en el bombín, girándola hacia ambos lados para saber cuál era el correcto. Notaba que se acercaba. Más. Mucho más. Hasta que la llave consiguió dar el giro completo, haciendo saltar los resortes y, empuñando con fuerza el mango, abrí de un empujón la puerta. Me desgarré el hombro al salir por el mínimo espacio; el suficiente para poder cerrarla de nuevo y escuchar esa maldita bestia dando cabezazos contra el hierro de los paneles.
Respiré hondo y miré a mi alrededor. La gente que pasaba por allí me miraba con rostros sorprendidos. Me sequé la frente y abandoné el almacén, jurando que la próxima vez que me llamaran para cuidar un perro les diría que su puta madre.

9 comentaris:

Rebeca Gonzalo ha dit...

Inmejorable. Se te da bien esto de los relatos de terror. Deberías participar en el concurso del que tanto habláis en Nuncajamás je, je.

¿De verdad era un perro? Me has engañado totalmente je, je.

Besotes.

Hell ha dit...

Estoy en ello, Sechat. Pero para participar en ese certamen se ha de ser muy bueno, y no un manchafolios como yo... :)
Besos, jefa!!! XDDD

Utopia de sueños ha dit...

Me gusto mucho la primera parte, la descripción de como obtiene la llave. Menos la de la huida, como que pierde fuerza respecto a la primera. Y de repente es un perro. Interesante.

Un abrazo

www.utopiadesueños.com.es

Larefors ha dit...

¡Por un momento creía que no iba a lograr escapar de tan enorme bestia! Me ha gustado mucho, un saludo.

Jara ha dit...

Por un lado no me gusta el final, que fuera un perro, aunque reconozco que me ha parecido gracioso, el broche final me refiero. Pero desde luego disfrutando como hago de tu mano negra hubiera preferido que de un hombre se tratara y otra historia fuera la culpable de tal horror!

un besote capullo

Charlie P. Raven ha dit...

Jeje, por un momento pensé que era un monstruo de verdad. Y concuerdo con el comentario de Jara.

Pugliesino ha dit...

De manchafolios nada Hell, posees calidad suficiente para participar y tanta como para aspirar a ganar.
Fiel a un estilo, sin que ello signifique inmovilismo, has ido enriqueciéndolo desde que tu primer relato con esa esencia apostando por ella y, como hemos visto a través de los que has ido escribiendo, logrando un sello propio, inalterable, por mas campos con los que te fueras atreviendo.
Llevas a lector por el borde del abismo, siente la estrechéz de la senda por donde va leyendo y atrapado, sin posibilidad de dar marcha atrás (sin querer dejar de leer) presintiendo la muerte, el miedo, el sabor del género, hasta que el final nos sobrecoge o sorprende.

\=/ chapeau, un abrazo!

Teresa ha dit...

Bueno, bueno, bueno... ¡Qué forma de narrar! Ahora soy yo la que se quita el sombrero ante ti.. Me ha gustado muchííísimo. Me ha gustado la redacción, la variedad del vocabulario, la rapidez, y sobre todo, me he reído con las referencias alocadas a la tráquea: "colgando de su boca como un enorme cigarrillo mojado". En fin, no quiero decir más, sólo una cosa, espero impaciente tu próximo relato. Un saludo.. Teresa

El mundo de Yas (Andrés) ha dit...

Pues sería de terror la cosa, pero yo me he reído como un loco... Malditos chuchos de almacén... jajaja...

Abrazote.
Mundoyás.